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Hoy, celebrando el 90º Aniversario de la Revolución de Octubre, con la continua propagación de los medios burgueses de que no hay alternativa al capitalismo tras el colapso de las experiencias socialistas de la Europa del Este, vemos como cada vez con más fuerza el fantasma del socialismo recorre de punta a punta los países latinoamericanos. Estos caminan decididamente hacia la construcción del socialismo como alternativa y esperanza para los pueblos de América Latina, para los explotados y excluidos por el imperialismo y el neoliberalismo.
Cuba, que resiste estoicamente los envites del imperialismo durante 49 años, juega un papel decisivo dentro de este despertar de los pueblos latinoamericanos, poniendo en manos de los países hermanos, toda la solidaridad y experiencia que los avances del gobierno revolucionario han sido capaces de desarrollar. Un ejemplo de dignidad, heroísmo y resistencia que está presente en todo el continente, con sus misiones médicas, con sus planes de alfabetización. Extraña tiranía esta que trae a los pueblos cultura y salud de forma solidaria.
Mientras tanto Venezuela sigue dando pasos decisivos para terminar de una vez por todas con las relaciones sociales capitalistas. La próxima reforma constitucional promoverá nuevas formas de propiedad (cooperativas, empresas de producción social, unidades productivas socialistas) y un nuevo sistema financiero que atienda a los sectores tradicionalmente excluidos. Construyendo poder popular, haciendo partícipe al pueblo de las tomas de decisión, imparable elección tras elección, referéndum tras referéndum, el socialismo bolivariano se consolida.
En Bolivia, los mineros y cocaleros bolivianos, cansados ya de las millones de promesas incumplidas de presidentes corruptos que vendían la patria al mejor postor, dieron la mayoría al MAS. Este ha iniciado una reforma constitucional que permita a los bolivianos ser dueños de sus tierras y de sus recursos naturales que durante siglos han sido usurpados por potencias extranjeras.
En Nicaragua, en noviembre del 2006, los nicaragüenses dieron el triunfo al FSLN. El sandinismo, que fuera punta de lanza de los procesos revolucionarios en la pasada década de los ochenta se enfrenta de nuevo al reto de sacar de la miseria a uno de los países más pobres de América Latina. Una de sus primeras medidas ha sido reestablecer la gratuidad de los servicios de educación y salud.
En Ecuador, las consecuencias sociales y económicas derivadas del modelo neoliberal dieron la victoria al Movimiento País, en enero de 2007. Desde ese mismo momento y sin más demora se empieza a impulsar la Asamblea Constituyente, que lucha por una revolución ciudadana que concluya con el rápido cambio del sistema económico, político y social vigente.
El ejemplo, de estos pueblos se extiende como una balsa de aceite. Y es que cada vez con más fuerza la construcción del socialismo del siglo XXI, como alternativa al neoliberalismo, es una esperanza para los pueblos de América Latina y del mundo.
Hace poco más de cinco años, la situación de América Latina era la de un hervidero de luchas: en Argentina, en Colombia, en Perú. Ahora, se muestran ante todo el mundo las alternativas reales, los logros de una lucha que avanza a pasos agigantados.
Y esto no ha acabado aun. Quedan muchas luchas por desarrollar en México, en Chile o en Perú. Hay que seguir atentos al resto de países del continente que empiezan a exigir la soberanía y dignidad... ¿cuál será el siguiente?
Cuba, que resiste estoicamente los envites del imperialismo durante 49 años, juega un papel decisivo dentro de este despertar de los pueblos latinoamericanos, poniendo en manos de los países hermanos, toda la solidaridad y experiencia que los avances del gobierno revolucionario han sido capaces de desarrollar. Un ejemplo de dignidad, heroísmo y resistencia que está presente en todo el continente, con sus misiones médicas, con sus planes de alfabetización. Extraña tiranía esta que trae a los pueblos cultura y salud de forma solidaria.
Mientras tanto Venezuela sigue dando pasos decisivos para terminar de una vez por todas con las relaciones sociales capitalistas. La próxima reforma constitucional promoverá nuevas formas de propiedad (cooperativas, empresas de producción social, unidades productivas socialistas) y un nuevo sistema financiero que atienda a los sectores tradicionalmente excluidos. Construyendo poder popular, haciendo partícipe al pueblo de las tomas de decisión, imparable elección tras elección, referéndum tras referéndum, el socialismo bolivariano se consolida.
En Bolivia, los mineros y cocaleros bolivianos, cansados ya de las millones de promesas incumplidas de presidentes corruptos que vendían la patria al mejor postor, dieron la mayoría al MAS. Este ha iniciado una reforma constitucional que permita a los bolivianos ser dueños de sus tierras y de sus recursos naturales que durante siglos han sido usurpados por potencias extranjeras.
En Nicaragua, en noviembre del 2006, los nicaragüenses dieron el triunfo al FSLN. El sandinismo, que fuera punta de lanza de los procesos revolucionarios en la pasada década de los ochenta se enfrenta de nuevo al reto de sacar de la miseria a uno de los países más pobres de América Latina. Una de sus primeras medidas ha sido reestablecer la gratuidad de los servicios de educación y salud.
En Ecuador, las consecuencias sociales y económicas derivadas del modelo neoliberal dieron la victoria al Movimiento País, en enero de 2007. Desde ese mismo momento y sin más demora se empieza a impulsar la Asamblea Constituyente, que lucha por una revolución ciudadana que concluya con el rápido cambio del sistema económico, político y social vigente.
El ejemplo, de estos pueblos se extiende como una balsa de aceite. Y es que cada vez con más fuerza la construcción del socialismo del siglo XXI, como alternativa al neoliberalismo, es una esperanza para los pueblos de América Latina y del mundo.
Hace poco más de cinco años, la situación de América Latina era la de un hervidero de luchas: en Argentina, en Colombia, en Perú. Ahora, se muestran ante todo el mundo las alternativas reales, los logros de una lucha que avanza a pasos agigantados.
Y esto no ha acabado aun. Quedan muchas luchas por desarrollar en México, en Chile o en Perú. Hay que seguir atentos al resto de países del continente que empiezan a exigir la soberanía y dignidad... ¿cuál será el siguiente?
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