POR LA TERCERA REPÚBLICA

Hace ya 25 años que se produjo el pacto social que posibilitó la transición de la dictadura. El resultado de este proceso fue la Constitución de 1978. La coyuntura de confrontación y agudización de las contradicciones del momento llevó al consenso constitucional, que fue aceptado por todas las fuerzas políticas. El resultado fue un texto que reflejaba la correlación de fuerzas existente agudizado por el miedo constante de una confrontación social y una vuelta hacia el pasado.

Fue un proceso de consenso en el que la ruptura democrática no se terminó de llevar a cabo. Independientemente de las decisiones tomadas en aquel momento y de lo acertado o no de las mismas, el resultado 25 años después resulta claro. La correlación de fuerzas se ha desviado claramente a favor de las clases dominantes, las cuales han conseguido desarticular la sociedad civil organizada, reducir su capacidad de lucha, e ir eliminando al mismo tiempo los derechos y garantías democráticas conseguidas.

Ante esto, son los que niegan el derecho a la vivienda, al trabajo digno, a la participación social, etc. los artífices de la ruptura del pacto constitucional. Los mismos que no la cumplen son aquellos que la reivindican y se apropian de ella para sus muy particulares intereses de clase. A lo largo de estos años se ha trabajado por parte de las oligarquías de forma evidente por ocultar el pasado, tergiversar la historia y hacernos creer que fueron y son ellos los garantes de esta democracia. Al mismo tiempo se sigue escondiendo que el actual sistema se consiguió gracias a muchos muertos y a la lucha de muchos hombres y mujeres militantes de partidos y movimientos de izquierda. A los cuales siguen negándoles el reconocimiento del valor de su lucha por la libertad.

Los jóvenes que no vivimos ni participamos de aquel proceso creemos que es el momento de replantearnos el actual orden de las cosas, reivindicamos por lo tanto nuestro derecho a cuestionar el orden existente y a ser protagonistas y parte activa del sistema político que rige nuestras vidas. Entendemos que es el momento de cuestionar lo existente y dar un paso definitivo hacia el avance democrático de nuestra sociedad en todos los sentidos. Entendemos la república como un sistema de valores profundamente democrático, donde no solo se posibilita la elección del Jefe de Estado y se acaba con una institución anacrónica, sino que, a su vez implica unos valores basados en la federalidad, laicidad, cultura de paz y preeminencia de la ética civil. En definitiva, un poder republicano, emanado de la voluntad popular.

Sólo desde un modelo de democracia participativa, donde los trabajadores y la sociedad en su conjunto podamos influir y decidir sobre los problemas que nos afectan diariamente, es posible cambiar el rumbo de los acontecimientos, acabar con un sistema que nos trae muerte y destrucción. La precariedad laboral, el paro, la guerra, la falta de vivienda, la inexistencia de espacios de socialización, la situación de desigualdad de la mujer etc. solo se pueden solucionar mediante la participación directa en las decisiones de los poderes públicos, votar cada cuatro años ya ha demostrado su ineficiencia a la hora de resolver los problemas reales de la gente. No nos vale echar a un Gobierno y poner a otro que aplica la misma política económica, tenemos que crear una alternativa real al neoliberalismo, en la calle, en la sociedad y en las instituciones. Una alternativa que pasa por la articulación social, por la organización de la gente en sus centros de estudio, de trabajo, barrios y pueblos, con un proyecto político que permita la participación en las decisiones de los poderes públicos.

Por todo ello reivindicamos la República como la única manera de conseguir la democracia participativa, como única alternativa a la regresión actual de los derechos de los trabajadores y de los derechos democráticos.

Desde la Juventud Comunista reclamamos el derecho de los jóvenes a luchar por lo que es nuestro, a tener instrumentos de participación política, a luchar por un trabajo digno, por una vivienda, por una educación pública y de calidad; los jóvenes queremos ser arquitectos de nuestra propia vida, por ello no aceptamos el orden existente y reivindicamos la República. Como decía el artículo primero de la constitución democrática de 1931, aniquilada por el fascismo, España es una república democrática de trabajadores.

POR LA REPUBLICA, CONTRA LA GUERRA, EN PIE DE PAZ

1 comentario:

Juventudes Comunistas de Extremadura dijo...

En primer lugar enorabuena por el trabajo que estais realizando.
Me parece que bien usar las nuevas tecnologias y en esos estais siendo pioneros en extremadura, paso a paso vamos haciendo camino y todos juntos llegaremos al final del mismo construyendo el socialismo del siglo XXI.
Enorabuena otra vez.
Salud y buen trabajo camaradas.